domingo, 12 de enero de 2014

LA ALIMENTACIÓN TIENE UN PAPEL CLAVE EN LA PREVENCIÓN DE RESFRIADOS, CATARROS Y GRIPES.

Con la llegada del invierno, nuestro alumnado padece molestos catarros y gripes. Por este motivo, he pensado dedicar la entrada de esta semana a la importancia de la alimentación en la prevención y tratamiento de estas enfermedades. Os dejo la información que he encontrado en este portal de salud para las familias.

La alimentación tiene un papel clave en la prevención de resfriados, catarros y gripe

Muchas de las enfermedades respiratorias comunes que sufren los niños durante los meses de frío se producen por una gran variedad de virus, y aparecen por contagio, que se propicia por una bajada de defensas más que por las condiciones meteorológicas.
Los niños menores de 5 años son los que más se contagian, y lo hacen de forma repetida, de media entre 3 y 5 veces al año.
Como la mayoría de estas enfermedades están originadas por virus no se tratan con antibióticos, a menos que se sospeche que el origen es bacteriano. Estos virus siempre están presentes, pero cuando bajan las temperaturas se producen más aglomeraciones de personas tanto sanas como enfermas, como por ejemplo en las clases. En el caso de los niños, tienen un sistema inmunitario por sí solo menos preparado para hacer frente a este virus.
Por este motivo, es muy importante proteger y fortalecer el sistema inmunológico de los niños pequeños, y la alimentación es un factor clave para reducir resfriados y otras enfermedades típicas de las estaciones más frías.

Alimentación durante los meses de frío:

Así pues, la alimentación diaria de los niños necesita un aporte de vitaminas y minerales, que en esta época del año a menudo es insuficiente por la disminución del consumo de frutas y hortalizas crudas. Aparte de los alimentos propuestos a continuación, cabe destacar que los cereales integrales son una fuente muy rica y completa de minerales y vitaminas, y normalmente gustan bastante los niños.

1. Frutas y verduras ricas en vitamina C

El consumo de alimentos ricos en vitamina C ayudará a fortalecer el sistema inmunológico de los más pequeños y reducirá la posibilidad de que los niños se resfríen.
Las frutas con más vitamina C son los cítricos, como el limón, la naranja y la mandarina, típicas de esta temporada. Otras frutas con vitamina C son las fresas, los kiwis, el mango y la papaya. Se aconseja una ración al día (una naranja entera, un zumo de naranja o dos mandarinas, por ejemplo) a la hora del desayuno.
Las verduras como el brécol, la col y los pimientos son también una fuente de vitamina C.

2. Alimentos ricos en lisina, un aminoácido que no produce el organismo

La lisina es un aminoácido esencial que contribuye a aprovechar de forma óptima los alimentos, produciendo más energía y favoreciendo un fortalecimiento del sistema inmunológico.
Como el organismo no la produce, la lisina se debe obtener de alimentos diariamente. Algunas fuentes ricas en lisina son las proteínas de origen animal, como la carne, los lácteos y los huevos. También la encontramos en las legumbres.

3. Probióticos

Los probióticos también son de gran importancia para tener un sistema inmunológico fuerte. Estos se pueden encontrar en alimentos como algunas leches fermentadas: yogures o quesos

4. Minerales como el hierro y el magnesio

El hierro y otros elementos similares intervienen en el buen funcionamiento de la respiración, estimulan el sistema inmunitario y la resistencia física. Es un mineral muy importante en edades tempranas, ya que la deficiencia afecta al comportamiento del niño, así como al proceso de aprendizaje. Las mejores fuentes de hierro son las carnes, pescados y huevos. También alimentos vegetales como legumbres, cereales integrales y algunas verduras como las espinacas. Hay que tener en cuenta que el hierro de los alimentos de origen vegetal se absorbe en menor proporción, aunque se puede favorecer si se consume junto con alimentos ricos en vitamina C como cítricos y algunas verduras y hortalizas. 

Otros consejos

Es importante que padres y madres revisen el menú infantil escolar de su hijo, para poder encontrar un equilibrio en la alimentación. Para cualquier duda se recomienda consultar con el pediatra o con un dietista-nutricionista.
En general, debemos seguir la norma de "5 al día", que consiste en introducir en la dieta tres piezas de fruta al día y dos platos que incluyan verduras.
En los meses de frío, no hay que dejar de tomar productos fríos o crudos, ya que nutricionalmente mantienen mejor la composición de vitaminas antioxidantes, como la vitamina C, pero sí es cierto que apetecen platos más calientes como la sopa. En este caso, es un buen plato, ya que aporta mucho líquido y cuando un niño está resfriado y tiene mucosidad se deshidrata mucho. Va bien, pues, beber caldo, infusiones y agua. Deberían evitarse las sopas grasas, y consumir en su lugar sopa de verduras con un poco de pasta, pollo o pescado, por ejemplo.
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